Coronavirus: el protocolo de Córdoba indicaba atender casos de sólo fiebre, como el de Liliana Giménez
Cuando la docente (44) llamaba a la obra social cordobesa, la descartaban como caso sospechoso. Pero el propio protocolo provincial contemplaba su caso. El test de coronavirus dio negativo. Y la justicia abrió una investigación por su muerte.
Liliana Giménez murió el 7 de abril en la Clínica Privada La Falda por una neumonía, tras casi diez días de buscar ayuda en un sistema de salud que nunca la contuvo. Su test de coronavirus, según le informaron a su familia, es negativo. Y la relación del caso con los protocolos de actuación por la pandemia merece ser repasada.
Cuando ella empezó a sentirse mal y llamar a la mutual Apross, le decían que se quedara en su casa porque su cuadro no era compatible con Covid-19 si manifestaba tener sólo fiebre. Ahora bien: el propio protocolo de atención para casos sospechosos de coronavirus del Ministerio de Salud de Córdoba contemplaba una excepción específica que podría haber determinado que ella sí tuviera atención médica.
“Atención. Es importante tener en cuenta que el caso confirmado registrado en Córdoba presentó sólo fiebre, como único síntoma durante todo el proceso. Por tanto, y de manera preventiva, desde el Ministerio de Salud de Córdoba recomendamos tener en cuenta este antecedente al considerar la definición de caso, evaluando el contexto clínico y epidemiológico”, dice un recuado de apoyo en la definición de caso sospechoso vigente desde el 10 de marzo.
Este protocolo no se cumplió con Liliana. Cuando ella empezó a llamar el 29 de marzo a Apross en busca de ayuda ante su malestar, le respondían que mientras tuviera sólo fiebre debía tomar paracetamol y no ir a ninguna guardia. Ese día, ella tuiteó: “Actualización: Anoche 39,6 pese al Paracetamol. Dice Apross que aumente la dosis, pero que NO VAYA a los centros de salud. No califico para Covid-19”.
Ante la persistencia del malestar, Liliana llamó al centro de salud de Villa Giardino, su pueblo, y recibió finalmente una visita médica el viernes 3 de abril. El doctor Jorge A. Soria, que es el subsecretario de Salud municipal, acudió a verla en persona. Ella estaba sola con sus hijos y sin el auto. Soria la atendió detrás del alambrado de la entrada de la casa, le dijo que podía ser una amigdalitis y le recetó penicilina de larga duración, en una orden fechada para el día siguiente.
El sábado 4 le aplicaron la inyección en el dispensario Juana Micono, que tiene guardia las 24 hs y también guardia de radiología, según la web oficial del municipio. No le hicieron una placa de tórax hasta el lunes 6, cuando volvió a ir al centro de salud, porque seguía mal. Al mirar la radiografía, la derivaron en ambulancia a la Clínica Privada La Falda, donde entró a terapia intensiva.
En ese momento empezó a ser un caso sospechoso de coronavirus. De hecho, su hermano, Hernán Giménez, no pudo verla hasta que ya había fallecido, precisamente por ese motivo. La muerte se produjo el 7 de abril y a la familia le dijeron que el test es negativo (Liliana había estado casi un mes sin salir de su hogar). No hay tests complementarios en curso. Su cadáver fue cremado.
A partir de la difusión de su historia en Clarín, el Ministerio Público Fiscal de Córdoba abrió de oficio unas “actuaciones sumariales”. El hermano de la víctima y su esposo, Marcelo Llanez, ya testimoniaron en la unidad fiscal de La Falda. Y la amiga de Liliana, Elizabeth Auras, que vive en Misiones y dio la noticia de la muerte por Twitter, también podría declarar.
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