El Estado no volvió a ofrecer recompensa por datos sobre la muerte de Johana Ramallo

Josefina López Mac Kenzie
5 min readJun 20, 2019

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Johana Luján Ramallo.

Ni el Ministerio de Seguridad de la Nación ni el de la provincia de Buenos Aires ofrecen en la actualidad dinero cambio de datos que lleven a esclarecer la muerte de Johana Luján Ramallo, una trama hecha de silencios donde se cruzan la prostitución y el narcotráfico. Mientras la joven platense estuvo desaparecida, se ofrecieron $500.000 por información certera para encontrarla. Pero el motivo de esa recompensa no se modificó con el giro del caso para estimular el aporte de información que contribuya a esclarecer este presunto femicidio. La identificación de Johana se conoció a principios de mayo pasado, aunque sus restos habían aparecido en la costa del Río de la Plata hace ya diez meses.

Captura de pantalla de la oferta de recompensa difundida por el programa Buscar, de Nación, a cambio de datos para dar con el paradero de Johana (3/5/2019)

El 29 de agosto de 2017, cuando había pasado un mes desde que Marta Ramallo denunció la desaparición de su hija, la fiscal que instruyó la causa, Betina Lacki, solicitó que el Estado ofreciera una recompensa de dinero para quienes pudieran aportar información para encontrarla. El 7 de diciembre de 2017 se publicó en el Boletín Oficial de la República Argentina la resolución de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, para poner en marcha el ofrecimiento en la órbita del programa nacional Buscar, auxiliar de la Justicia.

Pero después del 5 de mayo de 2019, cuando se publicó la noticia de que Johana había sido identificada, la recompensa desapareció de la web de Buscar. No migó a la sección de “Autores”, donde se ofrece dinero por datos para esclarecer crímenes.

En el ámbito bonaerense no hubo oferta de recompensa por Johana. Su caso no formó parte de las bases de datos del Ministerio de Seguridad donde se publicitan las ofertas de dinero a cambio de datos sobre personas buscadas, ni tampoco en las ofertas de dinero para casos sin resolver.

El caso de Anahí Benítez en la sección de Recompensas del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.

Un caso con similitudes que sí forma parte del programa bonaerense de recompensas a cargo del ministro Cristian Ritondo por casos no esclarecidos es el de Anahí Benítez. Esta adolescente de Lomas de Zamora desapareció casi al mismo tiempo que Johana, el 29 de julio de 2017, y fue encontrada sin vida una semana después, enterrada en una reserva natural. Hay dos acusados por su crimen y la causa está elevada a juicio oral.

El caso de Araceli Fulles en la sección de Recompensas del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.

Otro ejemplo es el de Araceli Fulles, una joven del Gran Buenos Aires que en abril de 2017 estuvo buscada 25 días, hasta ser hallada muerta, enterrada en José León Suárez. En este caso existió primero una oferta de recompensa y luego un aumento del monto de dinero ofrecido. Hay nueve imputados por este crimen.

Johana, silencios y opacidad

Lorena Noemí Romero. Foto: El Ciudadano web.

El 15 de junio pasado, un pescador encontró un cadáver en el río San Javier, cerca de la desembocadura con el Paraná, a la altura de la localidad santafesina de Romang. Era de mujer, estaba desnudo y desmembrado: le faltaban ambas piernas y el brazo izquierdo. Inmediatamente se lo vinculó con la búsqueda de Lorena Noemí Romero (21), una joven de Resistencia que llevaba una semana desaparecida, y se puso en conocimiento de esa posibilidad a su familia. Tres días después, la Policía de Chaco había realizado la identificación del cadáver por método dactiloscópico (se confirmó que los restos son de quien en vida fue Lorena) y una primera autopsia.

En el caso de Johana Ramallo, en cambio, pasaron nueve meses desde que un pescador encontró los primeros restos humanos de mujer en una zona costera de Berisso, expuesta a las crecidas del río, y se realizó la identificación. Esto sucedió a pesar de que la noticia de los hallazgos de los restos llegó oportunamente a medios locales y nacionales, y a que algunos de los restos contienen huellas dactilares.

Camino a Palo Blanco, Berisso, provincia de Buenos Aires.

Johana creció en un barrio humilde de La Plata, tenía 23 años, ejercía la prostitución y padecía adicciones. Su madre denunció su desaparición el 27 de julio de 2017 a la noche. En agosto de 2018 se encontraron -fortuitamente, no producto de la investigación- los restos “NN” que, ahora se sabe, eran de ella. Pero todo permaneció oculto en la burocracia judicial y policial. Su aparición era reclamada mes a mes por su madre y la sociedad platense, mientras se acumulaba una cadena de negligencias que retrasó ocho meses la investigación y aún no fue esclarecida.

El forense que peritó los restos de Johana dijo ahora -al ser citado como testigo en la causa federal donde tramita el caso de la joven bajo un supuesto de trata de personas con fines de explotación sexual- que alguien desmembró el cadáver adrede. La causa no tiene imputados. Y por ahora no hay recompensa a cambio de datos para esclarecer esta muerte. Se trata de uno de los casos más sensibles y opacos de La Plata.

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[Notas y artículos varios, escritos acá y en otros lados / @josefinalopezmk]

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