Facundo Astudillo y su fragilidad previa

Josefina López Mac Kenzie
5 min readNov 16, 2020

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Al contrario de lo que planteó en una conferencia de prensa de Amnistía Internacional Argentina la perito Virginia Creimer en octubre pasado, Facundo José Astudillo Castro (22) no estaba bien anímicamente; no estaba entusiasta. Estaba muy frágil. Probablemente, deprimido. Y, por más delicado que resulte hablar de esto, es un aspecto para mirar de frente. Forma parte de la dolorosa realidad y del expediente.

Como se sabe, el informe de la autopsia realizada en una sede del Equipo Argentino de Antropología Forense sobre los restos óseos de quien en vida fue Facundo -hallados el 15 de agosto de 2020 en el canal Cola de Ballena, en Villarino Viejo- determinó cuál fue la causa de su muerte (asfixia por sumersión: ahogamiento). Pero no pudo determinar cuál fue el modo: suicidio, accidente u homicidio, que son las tres posibilidades.

La especialista en medicina legal Virginia Creimer, que representa a la querella de la familia de Facundo, firmó ese informe en disidencia parcial, por advertir “contradicciones importantes” científicas. Y en esa conferencia de prensa virtual de Amnistía fue taxativa. Dijo que la única hipótesis posible es el homicidio, una “teoría que empezamos a manejar desde el día uno, con Cristina [la mamá de la víctima] y con las querellas, y dejamos en claro desde ese momento”.

Creimer explicó que descarta las otras dos opciones. El accidente, “porque el cuerpo no tenía ningún otro tipo de lesión”. Y el suicidio, “claramente no ha sido porque Facundo no tenía antecedentes de ideación suicida, tenía todo un proyecto de vida por delante, tenía contactos estrechos con su comunidad y peleaba por los derechos humanos. Así que esto es absolutamente inviable”, remarcó.

Pero no es tan así

En la denuncia que radicó el 5 de junio de 2020 en la estación policial Villarino 2da, Cristina Castro contó que desde el verano su hijo “estaba mal, como deprimido, ya que lloraba todos los dias y se quería ir a Bahía Blanca, a hablar con su ex pareja”. Y que no aceptaba acompañamiento psicológico, un apoyo que ella le ofrecía para contenerlo.

Con esta denuncia comienza la averiguación de paradero. Él había perdido contacto con su entorno el 30 de abril, día en que se le abrió una causa por violar la cuarentena cuando iba a dedo por la ruta de Pedro Luro a Bahía Blanca, en el sur bonaerense, y lo interceptó la Policía.

En la primera etapa de la búsqueda, en varias agencias estatales que intervinieron, como la Dirección de Personas Desaparecidas del Ministerio de Seguridad bonaerense, los profesionales tomaron nota especialmente del estado depresivo de Facundo que refería su madre.

Con el paso del tiempo, el doloroso fracaso para encontrarlo y la derivación de la causa judicial a una hipótesis de ausencia por desaparición forzada, su semblanza se fue tornando la de alguien más alegre y entero; quizá el que había sido en la adolescencia. Pero esto no fue así al principio.

Una de sus amistades íntimas declaró en la causa que desde que se puso de novio (en 2018) “lo ha visto a Facundo en varias oportunidades triste, angustiado, ya que la relación no era en buenos términos”. Era muy tormentosa. Y que después de su ruptura amorosa con su novia en Bahía, cuando volvió a Luro, “Facundo le había dicho que se quería matar, que lo había intentado pero que no se había animado”. También lo describe como “muy mal, se la pasaba llorando, estaba angustiado”.

Una brigada de la División Búsqueda de Prófugos y Personas Desaparecidas de la Policía Federal especialmente comisionada para colaborar en este caso, después de estudiar los testimonios del expediente le recomendó al fiscal federal Santiago U. Martínez “ampliar testimonios del entorno más cercano” a Facundo y el de su ex novia, y peritar el celular de ella, por advertir algunas contradicciones.

Ese peritaje muestra más de una referencia al estado anímico de Facundo. En uno de los mensajes enviados dice: “A mi me hablo el 30 de abril pidiendo venir a mi casa y le dije que no, me dijo que iba agarrar ruta y que se iba a matar eso fue todo lo que me dijo despues lo empece a llamar y el celular me daba apagado”.

Aunque otro mensaje refleja su tenacidad y fuerza de voluntad: cuenta que Facundo era capaz de “agarrar ruta caminar y caminar hasta cansarse”. Que salía de Luro y caminaba a Bahía, y aunque llegara “a las 4 de la mañana, cansado, con hambre y frío”, lo conseguía.

Nada de esto por sí alimenta una hipótesis en la que Facundo pueda haber decidido quitarse la vida. Significa, en principio, que estaba muy vulnerable, para cualquier escenario posible. Y el estado emocional previo a una desaparición no es algo para desestimar. Todo lo contrario.

El recurso de la autopsia psicológica

Las “huellas psicológicas” son un aspecto decisivo en las agencias estatales que auxilian a la Justicias cotidianamente en la búsqueda de desaparecidos. Y hay varias herramientas para explorarlas. Para conocer cómo estaba una persona antes de perder contacto.

Por ejemplo, en la Dirección de Análisis de la Conducta Criminal (DACC) del Ministerio de Seguridad bonaerense, una oficina que suele intervenir en ciertas averiguaciones de paradero, tomas de rehenes o secuestros extorsivos, los psicólogos trabajan con el instrumento del “perfil psicológico” (si se cree que la persona está viva) y con la “autopsia psicológica” cuando ya es tarde.

Esas técnicas sirven para acotar o potenciar hipótesis, y acelerar las búsquedas. Se tienen en cuenta cuestiones del entorno íntimo, aspectos socioambientales, laborales, redes sociales, hábitos, perfiles geográficos. Y se perfila el estado emocional previo de la víctima.

En el caso Astudillo la DACC no llegó a intervenir. Un caso reciente en el que sí actuó, por ejemplo, es el de Franco Martínez, un chico que había desaparecido en Lomas de Zamora y apareció sin vida en la Costanera Sur, ahorcado. Su perfil se correspondía con el de alguien que podía buscar quitarse la vida, dijeron los profesionales.

En los últimos meses hubo por lo menos cinco suicidios de varones jóvenes en la provincia de Buenos Aires. Pero no se trata de eso. Razonar así sería como asegurar que Facundo fue víctima de un homicidio a manos de la Bonaerense porque hay muchos homicidios a manos de la Bonaerense.

Se trata de sincerar la fragilidad de sus últimos momentos, por doloroso que sea. Por si sirve para llegar algún día a la verdad, en una investigación en la que el cuerpo no ofreció todas las respuestas. Que deberán salir de otro lado.

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Written by Josefina López Mac Kenzie

[Notas y artículos varios, escritos acá y en otros lados / @josefinalopezmk]

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