Liberados
Queda poco de lo que fue el zoológico de La Plata. Junto a su transformación en bioparque se consolida un archivo digital con las historias de los animales que vivieron ahí, en otro mundo, en el Bosque de las bestias y las ciencias.
El Jardín Zoológico de La Plata se creó a principios del siglo XX en el Paseo del Bosque. En los últimos años, durante la intendencia de Julio Garro, se acordó su transformación en un bioparque y empezó así la relocalización gradual de los animales que vivieron entre sus rejas.
El sitio web del bioparque informa hoy que son 105 los animales liberados, que otros 41 se irán en los próximos meses y que algunos no se van a poder ir nunca. El sitio tiene un contador que va actualizando este proceso, especie por especie, con información sobre cantidad de ejemplares, día de liberación y destinos (santuarios, granjas educativas, parques recreativos, centros de rescate y otros “lugares aptos para su bienestar y presentación”, en el país o en el exterior, según el gobierno municipal).
La web incluye una ficha individual escueta, con foto, nombre de pila, especie y sexo, pero también antecedentes y fecha de ingreso, datos que permiten reconstruir sus biografías y en definitiva, cuantificar su cautiverio.
Los leones Mansa y Melena nacieron en cautiverio en La Plata en 2007 y se fueron liberados al santuario estadounidense Wildcat el 27/11/2018.
Los cuatro burros enanos llegaron desde una granja educativa en 2008 y se fueron a un santuario en 2018. Eran tan parecidos entre sí que al llegar sólo estaban “anillados y numerados”, informa el mismo archivo digital oficial, incipiente memoria histórica para esta institución del Bosque que pertenece a un mundo viejo.
De zoo van quedando su olor a bosta y eucaliptus, los animales en venecitas que decoran la vereda de todo el predio y los ruidos: cuando cae el sol y llegan los runners los bichos gritan en su idioma. Todo tipo de graznidos, chirridos y aleteos bruscos crecen en la oscuridad detrás de las rejas.
Afuera, alrededor de todo el predio, el Municipio cubrió las rejas con carteles gigantes con la foto de cada individuo (¿preso político?) excarcelado, su nombre de pila y la palabra “LIBERADO”. El aspecto final de esta narrativa, aunque esto quizá sea un disparate, es el de una unidad penal, donde cada paso a la libertad se personifica y celebra.
Sobre las fotos de los liberados se leen también grafitis que ponen en tela de juicio el mentado proceso de liberación. “Mentira”. “Falta”. “Acá todavía hay presos”. Etcétera.
A metros del ex zoo, en el Museo de Ciencias Naturales, se desarrolla una política de restitución de restos humanos de indígenas que se exhibían allí (los otros presos políticos del Bosque) a sus comunidades de origen.
[Las fotos a color que siguen son todas de 2019. Y las fotos en blanco y negro las tomé de la página de Facebook Fotos históricas de La Plata].