¿Mujeres?
No suelo consultar el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, que elabora la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Me topé hace unos días con uno de sus informes y me detuve porque me permitía extraer información para seguir pensando un universo de mi interés, que es la Policía Bonaerense. Era un informe sobre el subconjunto de femicidios cometidos con armas de fuego.
El informe, elaborado a partir del análisis de causas judiciales, consigna que, entre 2017 y 2020, los femicidios cometidos con armas de fuego en la Argentina representaron el 24% del total. Y que, de ese porcentaje, en el 17% de los casos el femicida fue un integrante de las fuerzas de seguridad (FFSS) y mató casi siempre con con su arma reglamentaria.
El informe se acompaña de una infografía que destaca sets de datos. En el de los victimarios, los miembros de las FFSS (policías, gendarmes, prefectos) aparecen como categoría destacada.
Para mi sorpresa, entre los sets de datos sobre víctimas no aparece el grupo “trabajadoras de las fuerzas de seguridad”, las destinatarias casi exclusivas de la violencia femicida de ese 17% de los hechos cometidos con armas de fuego.
Si los policías son un porcentaje relevante de los femicidas que utilizan armas de fuego, y si ellos matan casi siempre sólo a sus parejas o exparejas, y si éstas casi siempre son policías (y casi nunca otras mujeres de la sociedad), ¿las policías no configuran una categoría relevante de víctimas?
Más sorpresivo aún me resultó que la infografía que omite a las policías destaque los siguientes grupos de víctimas: mujeres trans, travesti, cis, discapacitadas, embarazadas, indigentes, migrantes, prostitutas o descendientes de indígenas. Es decir, un mix de categorías que van desde la sangre o raza hasta la opción de género, pasando por la ocupación y la situación económica de la víctima.
De algún modo, me resultó burdo el contraste entre la inclusión de una categoría de victimarios por su arma estatal, y la omisión de la información evidente que completa el cuadro: sus víctimas como grupo. Es la policía un mundo endogámico, como bien se sabe, donde los femicidios se dan casi siempre dentro del grupo. Y por ese motivo, ese 17% quizá sirva más para pensar la Policía que para pensar el femicidio en el país; sobre todo si se excluye el dato que lo completa. Con femicidios y cada vez más suicidios, los policías se eliminan entre sí.
Todo esto es algo que llamó mi atención desde el punto de vista metodológico (y, por qué no, desde el político). Dejo la infografía. Y también el link al informe.