Las ruinas están a unos 5km del centro de Salta capital, sobre la avenida Bicentenario (Reyes Católicos). Hoy hay vacío, andenes y esqueletos de edificios con los vidrios rotos. Esta planta fue un lugar estratégico de almacenamiento del combustible que se extraía del yacimiento norte (400 km al norte de la provincia), en el esplendor de YPF. Se cargaba en vagones tanque y se distribuía a distintos lugares, del país y de afuera.
Se la conoció como estación, como “apeadero”, a veces como “destilería” y también como “Km 1129 del ramal C13”. En una nota de Página/12, un ex trabajador cuenta que el predio también tenía laboratorio. Y que retiraban combustible las estaciones de servicio. Alrededor hubo barrios para empleados de YPF. Una vez desactivada toda la planta comenzaron a funcionar en este predio dependencias del Ejército y de la Gendarmería nacional.
En teoría, se tiene planificado algún diseño urbano que llene el vacío del predio (no es para menos, su entorno es bellísimo a toda hora del día, y está cerca del centro, de la Universidad Católica y de la zona donde se multiplican los mejores barrios cerrados de Salta, con rutas de preferencia: el llamado acceso norte). En los últimos años se anunciaron licitaciones para construir cientos de viviendas por la zona. También la posible reactivación del tren entre Chachapoyas y el pueblo de Campo Quijano. Y la creación de un “Distrito sustentable de renovación urbana”.